La Salsa... Miren, la salsa no es un ritmo para señores, no es un género "polo", los que escuchamos salsa no vestimos con camisas floreadas, ni usamos cadenas de oro con grandes dijes, no usamos pantalones bombachos, ni hablamos como cubanos. No somos "salserines", ni "pachangueros". No es género de ignorantes, ni de gente vieja. Bailar salsa no es una "polada", ni un bañazo.
Es un género para conocedores de la música; sus variaciones, sus diferentes derivados son complejos. La ejecución de cada uno de los instrumentos que componen una orquesta es igual o más compleja que la de una guitarra eléctrica o una batería en muchos otros géneros. El dominio de la síncopa en la percusión, del fraseo en los brasses, del tumbao en el piano y la capacidad de improvisación y fraseo en los cantantes, va mucho más allá del sencillo 4/4 de muchas piezas del rock clásico (lo que no las hace menos buenas, pero vale la comparación). La capacidad de fusión con el jazz latino, con el bolero, con el cha cha cha, y con otro montón de géneros, incluso con el rock (aunque no lo crean) le hace uno de los géneros más atractivos y hasta una de las meta a alcanzar de muchos músicos profesionales: tocar salsa de la manera correcta.
Es un ritmo versátil, con la capacidad de hacer denuncia, de cantarle al amor, al desengaño, de interpretar lúdicamente temas jocosos o simplemente contar historias al son de la clave.
Hoy por hoy, mucha gente joven disfruta del género, de los clásicos de la Salsa y no es gente anormal, ni gente pola, ni tan siquiera gente de zona rural (como si eso fuera un factor para determinar el género que se escucha).
Hay afuera muchos y muchas que etiquetan a los que seguimos la Salsa con alguno de los apelativos aquí mencionados, y para ellos va este texto, para que su criterio sea con conocimiento de causa y no por pura ignorancia e influencia social.
Saludos y mucho respeto
Sergio Calvo- Músico y cantante
La 110 Orquesta